¿Qué es el trabajo por turnos?
El trabajo por turnos es una forma de organización del trabajo en equipo según la cual los trabajadores ocupan sucesivamente los mismos puestos de trabajo, según cierto ritmo (continuo o discontinuo) implicando para el trabajador la necesidad de prestar sus servicios en horas diferentes en un período de días o semanas. Si un trabajo se desarrolla fuera de los horarios diurnos convencionales estaríamos hablando de un trabajo por turnos.
El trabajo a turnos cambiantes o rotatorios (mañana, tarde o noche), el trabajo con horarios irregulares o el trabajo en horario exclusivamente nocturnos se incluyen dentro del concepto de trabajo por turnos.
Se considera trabajo nocturno aquel que tiene lugar entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana, siendo el trabajador nocturno aquel que dedica no menos de 3 horas de su trabajo diario o al menos una tercera parte de su jornada anual a este tipo de horario.
El trabajo a turnos se traduce en una falta crónica de sueño debido a que no se duermen suficientes horas por el día, o a un despertar demasiado temprano, sin que se pueda conciliar el sueño pronto la noche anterior.
Esta modalidad laboral está especialmente extendida en sectores como la seguridad (policía, bomberos, ejército, agentes de seguridad, etc.), el transporte y la sanidad (médicos, enfermeras, etc.). Sin embargo, ahora mismo empieza a generalizarse entre otras ocupaciones como los servicios, incluyendo hoteles, farmacias o tiendas 24 horas, taxistas, etc. Al final, es la consecuencia inevitable de una sociedad que no duerme y se mantiene activa las 24 horas al día, 7 días de la semana y sin descanso.
Las estadísticas no engañan. Sabemos que aproximadamente el 20% de las personas que trabajan en países industrializados tienen un trabajo por turnos o trabajan por la noche. El problema viene dado porque esto afecta a la salud de los trabajadores.
¿Qué es el trastorno del trabajo por turnos?
Este trastorno es lo suficientemente grave y común para tener su propia clasificación, la llamada Clasificación Internacional de Trastorno del Sueño (ICSD-3). Si nos atenemos a su definición, el trastorno del trabajo por turnos se basa en cuatro criterios:
- Insomnio o somnolencia excesiva asociados con un horario de trabajo que se superpone al horario de sueño habitual.
- Los síntomas se deben asociar con el horario de trabajo durante al menos 1 mes.
- Existe un desfase circadiano y del sueño demostrados por agendas del sueño o actigrafías.
- El trastorno del sueño no se explica por otro trastorno de sueño, por un problema médico, neurológico o mental, uso de medicación o abuso de sustancias.
De acuerdo con algunas estimaciones, el trastorno del trabajo por turnos afecta aproximadamente a entre un 8 y 10% de las personas que realizan un trabajo por turnos o un trabajo nocturno.
¿Qué repercusiones tiene el “trabajo por turnos” sobre nuestra salud?
Si trabajamos en estas circunstancias, nos exponemos a un mayor riesgo de problemas de salud, con un aumento de los accidentes y una disminución de la productividad laboral. Además, es probable que nos cueste mantener y disfrutar de una vida social y familiar adecuada. Es indudable que el trabajo por turnos y el trabajo nocturno afectan considerablemente al proceso fisiológico del sueño.
Este tipo de horario, sobre todo si incluye trabajo nocturno, nos obliga a cambiar nuestro ciclo normal de actividad de descanso. Así, no nos queda más remedio que ajustar nuestras funciones a un período de actividad nocturna y trabajar en fases de desactivación psicosomática, lo que va en contra de los ritmos biológicos y sociales naturales.
Aparte de los problemas de sueño, existe una amplia cantidad de efectos adversos que se conocen como síndrome de desadaptación al trabajo por turnos. Nuestro estilo de vida empieza a verse afectado por cuestiones como la desincronización de los ritmos circadianos, los cambios en la dieta, el sedentarismo y el estrés, tanto por la fatiga como por lo difícil que resulta conciliar horarios de trabajo y actividades familiares y/o sociales.
Al final, todo esto deriva en una larga lista de trastornos bastante habituales. Podemos hablar de problemas de sueño, problemas digestivos, enfermedades cardiovasculares, alteraciones metabólicas como la diabetes o la obesidad, mayor riesgo de cáncer, alteraciones en el ciclo menstrual, dismenorrea, disminución de la fertilidad, mayor tasa de abortos espontáneos, mayor frecuencia de abortos pretérmino y bajo peso al nacer.
Recomendaciones para los trabajadores por turnos:
- Conviene que realices ejercicio regularmente, ya que aumenta la resistencia al estrés y a las enfermedades. Si puedes, procura realizar ejercicios aeróbicos como caminar, dar un paseo en bicicleta, correr o nadar. No hace falta que te machaques en el gimnasio, basta con que hagas ejercicio durante unos 20 minutos. Lo importante, eso sí, es que lo lleves a cabo al inicio del turno y nunca durante las 3 horas previas al momento de ir a dormir.
- Si duermes la siesta antes de ir a trabajar, puede ayudar a evitar la fatiga y, por tanto, a mejorar el rendimiento durante tu turno de trabajo. Y, si el trabajo nocturno lo permite, prueba a dormir una siesta de corta duración alrededor de las cuatro de la mañana.
- Exponerte a luz blanca, entre 1.000 y 10.000 lux, durante 45 minutos antes de irte a trabajar.
- Quizá te resulte útil tomar bebidas estimulantes como el té o el café al inicio del turno, pero no abuses de este tipo de bebidas durante el turno de trabajo. En general, lo mejor será que evites el alcohol, la cafeína y los estimulantes al menos en las 2 o 3 horas previas a acostarte.
- Es aconsejable que te expongas a una luz intensa durante el turno de noche, ya que mejora la vigilancia y, por otro lado, ayuda a conciliar el sueño cuando termines la jornada de trabajo.
- Es importante que evites las comidas abundantes.
- Además, debes mantener un horario regular de comidas.
- Evita la exposición a la luz solar al final de la jornada laboral. Puedes recurrir al uso de gafas de sol durante el trayecto del trabajo a casa para atenuar la luz diurna.
- Evita ingerir líquidos de manera abusiva antes de ir a la cama. La explicación es sencilla: la vejiga se llena de orina cuatro veces más rápido de día que de noche, por lo que, si bebemos mucho líquido antes de irnos a dormir después del turno de noche, la necesidad de ir al baño puede interrumpir nuestro sueño diurno.
- Crea un ambiente adecuado en el dormitorio cuando llegue la hora de dormir. Es importante que la habitación tenga una temperatura adecuada y esté libre de ruidos y de luces. Acostúmbrate a bajar las persianas, cerrar las ventanas, apagar el teléfono móvil, desconectar el timbre de casa, etc. También, puedes utilizar accesorios como un antifaz o tapones de los oídos para impedir que los ruidos o la luz del día interfieran en tu sueño.
- Establece rutinas antes de dormir. Poco a poco, tu cuerpo irá aprendiendo que ha llegado la hora de ir a la cama. Lo ideal es que, al llegar a casa tras finalizar la jornada laboral, cumplamos con una serie de rutinas previas al sueño. Por ejemplo, puedes darte un baño caliente, hacer algún ejercicio de relajación, cepillarte los dientes, ponerte el pijama, etc.
- Prueba a tomar melatonina (3 mg) antes de acostarte por la mañana tras finalizar la jornada laboral. Eso sí, no te olvides de consultarlo previamente con tu médico.
- Programa unos días libres al mes para realizar actividades de ocio con tus amigos y tu familia. Tu sueño te lo agradecerá y ellos también.