No cabe la menor duda de que el ejercicio físico es saludable y que mejora nuestro bienestar físico y psicológico, especialmente si se practica de manera regular resulta muy beneficioso. Y no solo es un hábito saludable, sino que repercute positivamente en la calidad de nuestro sueño por la noche. Pero, ¡cuidado!, si queremos dormir bien, debemos prestar atención al momento del día en el que lo practicamos. Si lo hacemos justo antes de irnos a dormir puede que nos impida alcanzar un sueño reparador por un exceso de activación.
¿Qué efectos tiene el deporte en mi sueño?
Descontados sus efectos saludable, practicar actividad física antes de dormir dificulta la conciliación del sueño porque el organismo aún estará muy acelerado y necesitará un tiempo para volver a normalizarse.
El deporte hace que el cerebro libere endorfinas, una sustancia con numerosos efectos beneficiosos para nuestro cuerpo pero que, sin embargo, nos mantiene demasiado activos como para alcanzar el ansiado sueño con rapidez. Sucede exactamente lo mismo que cuando tomamos excitantes antes de dormir como el café, el chocolate o el tabaco.
Si no queremos tener dificultades para tener un sueño profundo y reparador durante la noche, debemos practicar ejercicio físico por la mañana o a primeras horas de la tarde. En líneas generales, lo más recomendable es no realizar actividad física entre cuatro y seis horas antes de ir a dormir.
Hecha esta salvedad, los ejercicios de relajación antes de acostarnos pueden ayudarnos a conciliar el sueño y a tener un sueño profundo y reparador.