Dormir con calor, sobre todo en las calurosas noches de veranos nos mantiene a muchos despiertos. Sobre todo a los que vivimos en ciudades ubicadas al sur del país en las que el calor, incluso por la noche, resulta insoportable.
En verano alteramos nuestra rutina, los horarios que seguimos muchas veces son irregulares, cambiamos nuestros hábitos de alimentación, hacemos menos deporte durante el día, ingerimos bebidas alcohólicas con mayor frecuencia por la noche, estamos expuestos a un mayor número de horas de luz y, por supuesto, tenemos que lidiar con altas temperaturas que nos quitan el sueño.
Las temperaturas extremas tanto de frío como de calor pueden afectar a nuestro sueño, aunque no tengamos problemas de insomnio habitualmente. Al estar expuestos a temperaturas demasiado frías o demasiado calientes, nuestro cerebro detecta que estamos en un “ambiente amenazante” para nuestra supervivencia y se pone en alerta impidiendo que el sueño tenga lugar.
La temperatura ideal para dormir está entorno a los 21º C y a partir de 26º C la calidad del sueño se ve afectada. A temperaturas superiores se hace muy difícil poder dormir. En estos meses de verano, superamos con creces los 26°C en la gran mayoría de las ciudades españolas, donde las quejas de insomnio veraniego son muy habituales.
El sueño está directamente relacionado con la secreción de melatonina, la hormona de la oscuridad, que se libera en nuestro organismo cuando llega la noche para ayudarnos a conciliar el sueño. Cuando hay luz, deja de producirse y nos despertamos.
En verano estamos expuestos a un mayor número de horas de luz provocando esto que la melatonina comience a segregarse más tarde y tengamos dificultades para conciliar el sueño.
Teniendo en cuenta estos factores, parecería que poder descansar bien en verano es casi imposible. Pero, ¡no todo está perdido! Siguiendo las siguientes recomendaciones podemos favorecer un sueño adecuado durante las noches calurosas, evitando así el conocido “insomnio de verano”.
¡En absoluto! Es normal que durante las noches de verano nuestro sueño se vea afectado por el calor y no tiene consecuencias graves para nuestra salud a largo plazo. Eso sí, puede afectar nuestro rendimiento, estado de ánimo y bienestar durante el día. Por eso siempre podemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para proteger nuestro descanso en estos calurosos meses.
Seguir las recomendaciones que ofrecemos en este artículo pueden ser de gran ayuda. Pero, si nos preocupamos demasiado por no dormir y notamos que cuando bajan las temperaturas seguimos durmiendo mal, es fundamental asegurarse de no sufrir insomnio y si es así, ponerle solución cuanto antes.
Si quieres saber más sobre cómo mejorar tu sueño, te recomendamos descargar nuestro ebook gratuito de higiene del sueño si es de tu interés conocer cuáles son las pautas básicas que debemos seguir para favorecer un óptimo descanso durante la noche en cualquier época del año.
Y, por supuesto, te animamos a contactar con nuestros especialistas en sueño para consultar cualquier duda que te pueda surgir relacionada con el sueño. ¡Queremos escucharte!